El Almiradío es un valle en torno al río Salazar. Este río con sus márgenes forman casi los únicos terrenos llanos y amplios del valle y son utilizados de forma más intensiva por el hombre con cultivos, praderas y huertas.
El Salazar queda rodeado por las sierras de Illon, Ustés y estribaciones de Areta. Son grandes sistemas montañosos en los que predominan los bosques de pinos, robles, hayas y en menor medida encinas.
Esta variedad de masas boscosas se alternan en las sierras según la altura y orientación aunque uno de los aspectos más característicos del Almiradío es la formación de bosques mixtos en los que debemos sumar otras especies que crecen de forma aislada.
Junto a los pueblos, perfectamente integrados en el paisaje, podemos comprobar los efectos del creciente abandono de la agricultura. Las laderas más cercanas a la carretera fueron sobre explotadas cuando la población fue mayor y hoy se recuperan en un lento proceso de recolonización primero de matorral y posteriormente de especies mayores, a menudo pinos.